martes, 15 de agosto de 2017

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Este campo de estudio se refiere a la creación de sistemas y equipos por parte del ser humano y que poseen una inteligencia diseñada para ciertas tareas u objetivos.
Actualmente, la mayoría de dispositivos de inteligencia artificial están relacionados con tareas cotidianas como una búsqueda de información, llamar a alguien por teléfono o llegar a un sitio. Por ejemplo, SIRI en Iphone o un GPS.
El interés por hacer la vida de los seres humanos más fáciles y ganar tiempo para otras tareas ha conllevado el auge de esta área de investigación.
VENTAJAS Y RIESGOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Si hacemos caso a Elon Musk, el visionario magnate que fundó PayPal, la compañía de vehículos eléctricos y baterías Tesla o la corporación espacial privada SpaceX, la humanidad se enfrenta a una nueva y formidable amenaza: la inteligencia artificial (IA). “Es como esas historias en las que alguien convoca al demonio. Siempre hay un tipo con un pentáculo y agua bendita convencido de que así podrá controlarle, y claro, no funciona”, señala.
Su preocupación tiene mucho que ver con el dinero. Los pesos pesados del sector tecnológico están apostando fuerte en este sentido. Google, por ejemplo, adquirió el año pasado DeepMind, una empresa especializada en el desarrollo de redes neurales en la que ya había invertido Musk. El gigante de las búsquedas trabaja en un sistema informático capaz de distinguir en un vídeo una cara humana de la de un perro, gente patinando o durmiendo, un gato... Y todo por sí solo y sin que nadie haya puesto etiquetas en el archivo previamente.
La idea es que vaya aprendiendo, por así decirlo, tras alimentarse con millones de grabaciones. IBM, por su parte, afina su superordenador Watson, que en 2011 derrotó a los campeones humanos del concurso estadounidense de preguntas y respuestas Jeopardy! Su intención es mejorar las funciones cognitivas del ingenio y comprobar sus capacidades para realizar diagnósticos médicos, análisis de la personalidad y traducciones en tiempo real. Los ingenieros de Facebook no se quedan atrás y han ideado un algoritmo que permite reconocer un rostro con éxito el 97 % de las veces, aunque haya sido mal captado.
Musk asegura que las cosas van demasiado rápido, y que por eso la IA es una tecnología que puede resultar tan peligrosa como los maletines nucleares. En el coro de los agoreros del apocalipsis artificial destaca la voz del filósofo británico Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, que compara nuestro destino con el de los caballos, cuando fueron sustituidos por los automóviles y los tractores. En 1915, había en EE. UU. unos veintiséis millones de estos equinos. En la década de los cincuenta, quedaban solo dos millones. Los caballos fueron sacrificados para venderse como comida para perros. Para Bostrom, la IA supone un riesgo existencial para la humanidad comparable con el impacto de un gran asteroide o el holocausto nuclear. Todo ello, por supuesto, siempre que podamos construir ordenadores pensantes. Pero ¿qué significa exactamente esto?
En realidad, el concepto de inteligencia artificial no es tan reciente como parece. Desde los tiempos de Alan Turing –al que se considera el padre de la misma– y la construcción de su dispositivo Bombe, que permitió descifrar los códigos de la máquina Enigma alemana, han pasado más de setenta años. En un momento dado del film The Imitation Game (Morten Tyldum, 2014), en el que Benedict Cumberbatch interpreta al célebre matemático, un detective le pregunta: “¿Podrán las máquinas algún día pensar como los humanos?”. A lo que él responde: “La mayoría de la gente piensa que no.
El problema es que está haciendo una pregunta estúpida. Desde luego que las máquinas no pueden pensar como las personas. Son diferentes, y piensan diferente. La cuestión es: por el hecho de que algo sea diferente, ¿significa que no puede pensar?”. El detective le interpela entonces por el título de su artículo, The Imitation Game. “Es un juego, un test para determinar si alguien es un ser humano o una máquina”, indica Turing. “Hay un tema general. Un juez pregunta, y a partir de las respuestas, decide si habla con una persona o una máquina”. La escena quizá sea inventada, pero su contenido es real. El test existe.
EJEMPLO DE CUANDO FACEBOOK PERDIÓ EL CONTROL DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL







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